PART 12
[11.6] No hay bestia sobre la tierra a
cuyo sustento no provea Alá, Que conoce su madriguera y su
depósito: todo está en una Escritura clara.
[11.7] Él es Quien ha creado los cielos
y la tierra en seis días, teniendo Su Trono en el agua, para probaros,
para ver quién de vosotros es el que mejor se comporta.
Si dices: «Seréis resucitados después de muertos», seguro que los infieles
dicen: «Esto no es más que manifiesta magia».
[11.8] Si retrasamos su castigo hasta un
momento dado, seguro que dicen: «¿Qué es lo que lo impide ?» El
día que les llegue no se les alejará de él y se verán
cercados por aquello de que se burlaban.
[11.9] Si hacemos gustar al hombre una
misericordia venida de Nosotros y luego le privamos de ella, está
completamente desesperado, desagradecido.
[11.10] Si le hacemos gustar una dicha., luego de haber sufrido una desdicha, seguro que
dice: «¡Se han alejado de mí los males!» Sí, se regocija,
se ufana.
[11.11] En cambio, quienes sean pacientes y
obren bien, obtendrán perdón y una gran recompensa.
[11.12] Tú, quizás,
omitirías parte de lo que se te ha revelado -y te angustias por ello-
porque dicen: «¿Por qué no se le ha enviado abajo un tesoro o le ha
acompañado un ángel?» Pero tú no eres más que un
monitor. Y Alá vela por todo...
[11.13] O dicen: «Él lo ha
inventado». Di: «Si es verdad lo que
decís, ¡traed diez suras como él, inventadas, y llamad a quien
podáis, en lugar de llamar a Alá!»
[11.14] Y si no os escuchan, sabed que ha
sido revelado con la ciencia de Alá y que no hay más dios que
Él. ¿Os someteréis, pues, a
Él?
[11.15] A quienes hayan deseado la vida de
acá y su ornato, les remuneraremos en ella con arreglo a sus obras y no
serán defraudados en ella.
[11.16] Ésos son los que no
tendrán en la otra vida más que el Fuego.
Sus obras no fructificarán y será vano lo que hayan hecho.
[11.17] ¿Es que quien se basa en una
prueba clara venida de su Señor, recitada por un testigo de Éste...? Antes de él, laEscritura de Moisés
servía de guía y de misericordia.
Ésos creen en ella. Quien de los grupos
no cree en ella tiene el Fuego como lugar de cita.
Tú no dudes de ella. Es la Verdad
venida de tu Señor. Pero la
mayoría de los hombres no creen.
[11.18] ¿Hay alguien más
impío que quien inventa una mentira contra Alá? Esos tales
serán conducidos ante su Señor y los testigos dirán:
«Éstos son los que mintieron contra su Señor». ¡Sí! ¡Que la maldición
de Dios caiga sobre los impíos,
[11.19] que desvían a otros del
camino de Alá, deseando que sea tortuoso, y no creen en la otra vida!
[11.20] No pudieron escapar en la tierra ni
tuvieron, fuera de Alá, amigos. Se les
doblará el castigo. No podían
oír y no veían.
[11.21] Ésos son los que se han
perdido a sí mismos. Se han esfumado
sus invenciones...
[11.22] ¡En verdad, en la otra vida
serán los que más pierdan!
[11.23] Pero quienes crean, obren bien y se
muestren humildes para con su Señor, ésos morarán en el
Jardín eternamente.
[11.24] Estas dos clases de personas son
como uno ciego y sordo y otro que ve y oye.
¿Son similares? ¿Es que no os dejaréis amonestar?
[11.25] Y ya enviamos Noé a su pueblo: «Soy
para vosotros un monitor que habla claro:
[11.26] ¡No sirváis sino a
Alá! Temo por vosotros el castigo de un día doloroso».
[11.27] Los dignatarios de su pueblo, que
no creían, dijeron: «No vemos en ti más que un mortal como
nosotros y no vemos que nadie te siga sino la hez de nuestro pueblo, que lo
hace irreflexivamente. Ni vemos que gocéis de
ningún privilegio sobre nosotros. Antes
bien, creemos que mentís».
[11.28] Dijo: «¡Pueblo! ¿Qué
os parece? Si yo me baso en una prueba clara venida de mi Señor -que me
ha hecho objeto de una misericordia venida de Él-, y que vosotros, en
vuestra ceguera, no percibís, ¿deberemos imponérosla a despecho
vuestro?
[11.29] ¡Pueblo! No os pido hacienda
a cambio -mi salario incumbe sólo a Alá- y no voy a rechazar a
quienes creen. Sí, encontrarán a
su Señor. Pero veo que sois un pueblo
ignorante.
[11.30] ¡Pueblo! Si les rechazo,
¿quién me auxiliará contra Alá? ¿Es que no os
dejaréis amonestar?
[11.31] Yo no pretendo poseer los tesoros
de Alá, ni conozco lo oculto, ni pretendo ser un ángel. Yo no digo a los que vosotros despreciáis
que Alá no les reserva ningún bien.
Alá conoce bien sus pensamientos. Si tal
dijera, sería de los impíos».
[11.32] Dijeron: «¡Noé! No paras de
discutir con nosotros. ¡Tráenos,
pues, aquello con que nos amenazas, si es verdad lo que dices!»
[11.33] Dijo: «Sólo Alá
hará que se cumpla, si Él quiere, y no podréis escapar».
[11.34] «Si yo quisiera aconsejaros, mi
consejo no os serviría de nada si Alá quisiera descarriaros. Él es vuestro Señor y seréis
devueltos a Él».
[11.35] O dicen: «Él lo ha
inventado». Di:«Si yo lo he inventado,
¡caiga sobre mí mi pecado! Pero soy inocente de lo que me
imputáis».
[11.36] Y se reveló a Noé: «De tu
pueblo sólo creerán los que ya creían. ¡No te aflijas, pues, por lo que hicieren!
[11.37] ¡Construye la nave bajo
Nuestra mirada y según Nuestra inspiración y no me hables de los
que han obrado impíamente! ¡Van a ser anegados!»
[11.38] Y, mientras construía la
nave, siempre que pasaban por allí dignatarios de su pueblo se burlaban
de él. Decía: «Si os burláis de
nosotros, ya nos burlaremos de vosotros como os burláis.
[11.39] Veréis quién recibirá un
castigo humillante y sobre quién se abatirá un castigo permanente»
[11.40] Hasta que, cuando vino Nuestra
orden y el horno hirvió, dijimos: «Carga en ella a una pareja de cada
especie, a tu familia -salvo a aquél cuya suerte ha sido ya echada- y a los
creyentes»,. Pero no eran sino pocos los que
con él creían.
[11.41] Dijo: «¡Subid a ella!
¡Que navegue y llegue a buen puerto en el nombre de Alá! Mi
Señor es, ciertamente, indulgente, misericordioso».
[11.42] Y navegó con ellos entre
olas como montañas. Noé llamó a
su hijo, que se había quedado aparte: «¡Hijito! ¡Sube con
nosotros, no te quedes con los infieles!»
[11.43] Dijo: «Me refugiaré en una
montaña que me proteja del agua». Dijo:
«Hoy nadie encontrará protección contra la orden de Alá,
salvo aquél de quien Él se apiade». Se
interpusieron entre ambos las olas y fue de los que se ahogaron.
[11.44] Y se dijo: «¡Traga, tierra,
tu agua! ¡Escampa, cielo!», Y el agua fue absorbida, se cumplió la
orden y se posó en el Chudi. Y se dijo:
«¡Atrás el pueblo impío!»
[11.45] Noé invocó a su Señor
y dijo: «¡Señor! Mi hijo es de mi familia.
Lo que Tú prometes es verdad. Tú
eres Quien mejor decide».
[11.46] Dijo: «¡Noé! ¡Él
no es de tu familia! ¡Es un acto incorrecto! ¡No me pidas algo de
lo que no tienes conocimiento! Te prevengo: ¡no seas de los ignorantes!»
[11.47] Dijo: «¡Señor,
líbrame de pedirte algo de lo que no tengo conocimiento! Si Tú no
me perdonas y Te apiadas de mí, seré de los que están perdidos...»
[11.48] Se dijo: «¡Noé!
¡Desembarca con paz venida de Nosotros y con bendiciones sobre ti y las
comunidades que desciendan de quienes te acompañan. Hay comunidades a las que dejaremos que gocen por
breve tiempo. Luego, les castigaremos
severamente».
[11.49] Esto forma parte de las historias
referentes a lo oculto que Nosotros te revelamos.
No las conocías antes tú, ni tampoco tu pueblo. ¡Ten paciencia, pues! ¡El fin es para
los que temen a Alá!
[11.50] Y a los aditas su hermano Hud. Dijo: «¡Pueblo! ¡Servid a Alá!
No tenéis a ningún otro dios que a Él.
No hacéis más que inventar.
[11.51] ¡ Pueblo! No os pido salario
a cambio. Mi salario incumbe sólo a
Aquél Que me ha creado. ¿Es que no
razonáis?
[11.52] Y, ¡pueblo!, ¡pedid
perdón a vuestro Señor y, luego, volveos a Él! Enviará
sobre vosotros del cielo una lluvia abundante y os fortalecerá. ¡No volváis la espalda como
pecadores!»
[11.53] Dijeron: «¡Hud! ¡No nos
has traído ninguna prueba clara! ¡No vamos a dejar a nuestros
dioses porque tú lo digas! ¡No tenemos fe en ti!
[11.54] Lo único que decimos es que
uno de nuestros dioses te ha causado mal».
Dijo: «¡Pongo a Alá por testigo y sed vosotros también testigos de
que soy inocente de lo que vosotros asociáis
[11.55] en lugar de Él! ¡Urdid
algo todos contra mí y no me hagáis esperar!»
[11.56] Yo confío en Alá, mi
Señor y Señor vuestro. ¡No
hay ser que no dependa de Él! Mi Señor está en una
vía recta.
[11.57] Si volvéis la espalda... yo ya os he comunicado aquello con que he sido
enviado a vosotros. Mi Señor
hará que os suceda otro pueblo y no podréis hacerle ningún
daño. ¡Mi Señor todo lo
vigila!
[11.58] Cuando vino Nuestra orden, salvamos
por una misericordia venida de Nosotros a Hud y a los que con él creyeron y les
libramos de un duro castigo.
[11.59] Así eran los aditas. Negaron los signos de su Señor y
desobedecieron a Sus enviados, siguiendo, en cambio, las órdenes de todo
tirano desviado.
[11.60] En la vida de acá fueron
perseguidos por una maldición y también lo serán el día de
la Resurreción. ¡No! ¡Los
aditas no creyeron en su Señor! ¡Sí! ¡Atrás
los aditas, pueblo de Hud!
[11.61] Y a los tamudeos su hermano Salih. Dijo: «¡Pueblo! ¡Servid a Alá!
No tenéis a ningún otro dios que a Él.
Él os ha creado de la tierra y os ha establecido en ella. ¡Pedidle perdón! Luego, ¡volveos
a Él! Mi Señor está cerca, escucha».
[11.62] Dijeron: «¡Salih!
habíamos puesto en ti hasta ahora nuestra esperanza. ¿Nos prohíbes que sirvamos lo que
servían nuestros padres? Dudamos seriamente de aquello a que nos llamas».
[11.63] Dijo: «¡Pueblo! ¿Qué
os parece? Si yo me baso en una prueba clara venida de mi Señor, Que me
ha hecho objeto de una misericordia venida de Él, ¿quién me
auxiliará contra Alá si Le desobedezco? No haríais sino
aumentar mi perdición.
[11.64] Y, ¡pueblo!, ésa es la camella
de Alá, que seá signo para vosotros.
¡Dejadla que pazca en la tierra de Alá y no le hagáis mal!
Si no, os alcanzará pronto un castigo».
[11.65] Pero la desjarretaron y dijo:
«¡Gozad aún de vuestros bienes durante tres días! Es una
amenaza que no dejará de cumplirse».
[11.66] Y, cuando vino Nuestra orden,
preservamos por una misericordia venida de Nosotros a Salih y a los que con él
creyeron del oprobio de aquel día. Tu
Señor es el Fuerte, el Poderoso.
[11.67] El Grito sorprendió a los
que habían sido impíos y amanecieron muertos en sus casas,
[11.68] como si no hubieran habitado en
ellas. ¡No! ¡Los tamudeos no
creyeron en su Señor! ¡Sí! ¡Atrás los
tamudeos!
[11.69] Y ya trajeron nuestros enviados la
buena nueva a Abraham. Dijeron: «¡Paz!»
Dijo: «¡Paz!» Y no tardó en traer un ternero asado.
[11.70] Y cuando vio que sus manos no lo
tocaban, sospechó de ellos y sintió temor de ellos. Dijeron: «¡No temas! Se nos ha enviado al
pueblo de Lot».
[11.71] Su mujer estaba presente y se
rió. Y le anunciamos la buena nueva de
Isaac y, después de la de Isaac, la de Jacob.
[11.72] Dijo ella: «¡Ay de mí!
¿Voy a dar a luz ahora que soy tan vieja y este mi marido» tan viejo?
¡Ciertamente, esto es algo asombroso!»
[11.73] «¿Te asombras de la orden de
Alá?» dijeron. «¡Que la
misericordia de Alá y Sus bendiciones sean sobre vosotros, gente de la
casa! ¡Es digno de ser alabado, glorificado!»
[11.74] Y cuando el temor de Abraham se
hubo desvanecido y recibió la buena noticia, se puso a discutir con
Nosotros sobre el pueblo de Lot.
[11.75] Abraham era, ciertamente, benigno,
tierno, estaba arrepentido.
[11.76] «¡Abraham! ¡Deja de
defenderles! ¡Ha llegado la orden de tu Señor y recibirán
un castigo ineludible!»
[11.77] Y cuando Nuestros enviados vinieron
a Lot, éste se afligió por ellos y se sintió impotente para
protegerles. Dijo: «¡Este es un
día terrible!»
[11.78] Su pueblo, que solía antes
cometer el mal, corrió a Lot, que dijo: «¡Pueblo!
¡Aquí tenéis a mis hijas. Son
más puras para vosotros. ¡Temed a
Alá y no me avergoncéis en mis huéspedes! ¿No hay entre vosotros
un hombre honrado?
[11.79] Dijeron: «Ya sabes que no tenemos
ningún derecho a tus hijas. Tú
ya sabes lo que queremos...»
[11.80] Dijo: «¡Ah! Si os pudiera... o si pudiera recurrir a un apoyo fuerte...»
[11.81] Dijeron: «¡Lot! ¡Somos
los enviados de tu Señor! ¡No se llegarán a ti!
¡Ponte en camino con tu familia durante la noche y que ninguno de
vosotros se vuelva! Tu mujer, sí que se volverá y le alcanzará
el mismo castigo que a ellos. Esto les
ocurrirá al alba. ¿No
está cercana el alba?»
[11.82] Y cuando vino Nuestra orden, la
volvimos de arriba abajo e hicimos llover sobre ella piedras de arcilla a
montones,
[11.83] marcadas junto a tu Señor. Y no está lejos de los impíos.
[11.84] Y a los madianitas su hermano Suayb. Dijo: «¡Pueblo! ¡Servid a Alá!
No tenéis a ningún otro dios que a Él.
¡No defraudéis en la medida ni en el peso! Os veo en el bienestar, pero
temo por vosotros el castigo de un día de alcance universal.
[11.85] Y, ¡pueblo!, ¡dad la
medida y el peso equitativos! ¡No defraudéis a los demás en sus
bienes! ¡No obréis mal en la tierra corrompiendo!
[11.86] Lo que Alá os deja es mejor
para‚ vosotros, si es que sois creyentes. Y yo
no soy vuestro custodio»
[11.87] Dijeron: «¡Suayb!
¿Acaso te ordena tu religión que dejemos lo que nuestros padres
servían o que dejemos de utilizar libremente nuestra hacienda? Tú
eres, ciertamente, el benigno, el honrado».
[11.88] Dijo: «¡Pueblo! ¿Qué
os parece? Si yo me baso en una prueba clara venida de mi Señor y
Él me provee de un bello sustento venido de Él... Yo no pretendo contrariaros cuando os
prohíbo algo. No pretendo sino
reformaros en la medida de mis posibles. Mi
éxito no depende sino de Alá. En
Él confío y a Él me vuelvo arrepentido.
[11.89] Y ¡pueblo!, ¡que la
oposición a mí no os cause los mismos males que alcanzaron al
pueblo de Noé o al pueblo de Hud o al pueblo de Salih! Y el pueblo de Lot no
está lejos de vosotros.
[11.90] ¡Pedid perdón a
vuestro Señor! Luego, ¡volveos a Él Mi Señor es
misericordioso. lleno de amor».
[11.91] Dijeron: «¡Suayb! No
entendemos mucho de lo que dices. Entre
nosotros se te tiene por débil. Si no hubiera
sido por tu clan, te habríamos lapidado.
No nos impresionas».
[11.92] Dijo: «¡Pueblo! ¡Os
impresiona mi clan más que Alá, a Quien habéis pospuesto con
desprecio? Mi Señor abarca todo lo que hacéis.
[11.93] ¡Pueblo! ¡Obrad
según vuestra situación! Yo también obraré... Veréis quién va a recibir un castigo humillante y quién es el
que miente... ¡Vigilad! Yo también vigilaré
con vosotros».
[11.94] Cuando vino Nuestra orden, salvamos
por una misericordia venida de Nosotros a Suayb y a los que con él
creían. El Grito sorprendió a
los que habían sido impíos y amanecieron muertos en sus casas,
[11.95] como si no hubieran habitado en
ellas. ¡Sí! Atrás los
madianitas! como también se había dicho a los tamudeos.
[11.96] Y ya enviamos a Moisés con Nuestros
signos y con una autoridad manifiesta
[11.97] a Faraón y a sus dignatarios. Pero éstos siguieron la orden de Faraón. Y la orden de Faraón no era sensata.
[11.98] El día de la
Resurreción, precederá a su pueblo y le conducirá a beber
al Fuego. ¡Qué mal abrevadero...!
[11.99] En esta vida fueron perseguidos por
una maldición y lo serán también el día de la
Resurrección. ¡Qué mal regalo...!
[11.100] Te contamos estas cosas de las
ciudades: algunas de ellas están aún en pie, otras son rastrojo.
[11.101] No hemos sido Nosotros quienes han
sido injustos con sus habitantes, sino que ellos lo han sido consigo mismos. Sus dioses, a los que invocaban, en lugar de
invocar a Alá, no les sirvieron de nada cuando vino la orden de tu
Señor. No hicieron sino aumentar su
perdición.
[11.102] Así castiga tu Señor
cuando castiga las ciudades que son impías.
Su castigo es doloroso, severo.
[11.103] Ciertamente, hay en ello un signo
para quien teme el castigo de la otra vida.
Ése es un día en que todos los hombres serán congregados,
un día que todos presenciarán.
[11.104] No lo retrasaremos sino hasta el
plazo fijado.
[11.105] El día que esto ocurra nadie
hablará sino con Su permiso. De los
hombres, unos serán desgraciados, otros felices.
[11.106] Los desgraciados estarán en
el Fuego, gimiendo y bramando,
[11.107] eternamente, mientras duren los
cielos y la tierra, a menos que tu Señor disponga otra cosa. Tu Señor hace siempre lo que quiere.
[11.108] Los felices, en cambio,
estarán en el Jardín, eternamente, mientras duren los cielos y la
tierra, a menos que tu Señor disponga otra cosa.
Será un don ininterrumpido.
[11.109] No vivas con dudas respecto a lo
que sirven esas gentes. No sirven sino como
servían antes sus padres. Vamos a
darles, sin mengua, la parte que les corresponde.
[11.110] Y ya dimos a Moisés la Escritura,
pero discreparon acerca de ella y, si no llega a ser por una palabra previa de
tu Señor, ya se habría decidido entre ellos. Y ellos dudan seriamente de ella.
[11.111] Ciertamente, tu Señor
remunerará a todos sus obras sin falta.
Está bien informado de lo que hacen.
[11.112] Sé recto como se te ha ordenado y
lo mismo los que, contigo, se arrepientan.
¡No seáis rebeldes! Él ve bien lo que hacéis.
[11.113] ¡Y no os arriméis a los
impíos, no sea que el fuego os alcance! No tenéis, fuera de Alá
amigos. Luego, no seréis auxiliados.
[11.114] Haz la azalá en las dos
horas extremas del día y en las primeras de la noche. Las buenas obras disipan las malas. Ésta es una amonestación para los
que recuerdan.
[11.115] ¡Y ten paciencia! Alá
no deja de remunerar a quienes hacen el bien.
[11.116] Entre las generaciones que os
precedieron, ¿por qué no hubo gentes virtuosas que se opusieran a la
corrupción en la a tierra, salvo unos pocos que Nosotros salvamos,
mientras que los impíos persistían en el lujo en que
vivían y se hacían culpables?
[11.117] No iba tu Señor a destruir
las ciudades injustamente mientras sus poblaciones se portaban correctamente.
[11.118] Tu Señor, si hubiera
querido, habría hecho de los hombres una sola comunidad. Pero no cesan en sus discrepancias,
[11.119] salvo aquéllos que han sido objeto
de la misericordia de tu Señor, y por eso los ha creado. Se ha cumplido la palabra de tu Señor:
«¡He de llenar la gehena de genios y de hombres, de todos ellos!»
[11.120] Te contamos todo esto, sacado de
las historias de los enviados, para confirmar tu corazón. Así te llegan, con ellas, la Verdad, una
exhortación y una amonestación para los creyentes.
[11.121] Y di a los que no creen:
«¡Obrad según vuestra situación! Nosotros también obraremos....
[11.122] ¡Y esperad! ¡Nosotros
esperamos!»
[11.123] A Alá pertenece lo oculto de
los cielos y de la tierra. Él es el fin
de todo. ¡Sírvele!
¡Confía en Él! Tu Señor está atento a lo que
hacéis.
YUSUF
¡En el nombre de Alá, el Compasivo, el
Misericordioso!
[12.1] 'lr.
Ésas son las aleyas de la Escritura clara.
[12.2] La hemos revelado como Corán
árabe. Quizás, así
razonéis.
[12.3] Con la revelación que te
hacemos de este Corán vamos a contarte Nosotros el más bello de
los relatos, aunque hayas sido antes de los despreocupados.
[12.4] Cuando José dijo a su padre:
«¡Padre! He visto once estrellas, el sol y la luna. Los he visto prosternarse ante mí».
[12.5] Dijo: «¡Hijito! !No cuentes
tu sueño a tus hermanos; si no, emplearán una artimaña
contra tí El Demonio es para el hombre un enemigo declarado.
[12.6] Así te elegirá tu
Señor y te enseñará a interpretar sueños. Completará Su gracia en ti y en la familia
de Jacob, como antes la completó en tus dos antepasados Abraham e Isaac. Tu Señor es omnisciente, sabio».
[12.7] Ciertamente, en José y sus hermanos
hay signos para los que inquieren.
[12.8] Cuando dijeron: «Sí, nuestro
padre quiere más a José y a su hermano que a nosotros, aun siendo
nosotros más numerosos. Nuestro padre
está evidentemente extraviado.
[12.9] ¡Matemos a José o
expulsémosle a cualquier país, para que nuestro padre no nos mire
más que a nosotros! Desaparecido José, seremos gente honrada».
[12.10] Pero uno de ellos dijo: «¡No
matéis a José ¡Echadlo, más bien, al fondo del aljibe, si es que
os lo habéis propuesto...! Algún
viajero lo recogerá...»
[12.11] Dijeron: «¡Padre! ¡,Por
qué no te fías de nosotros respecto a José? Tenemos buenas intenciones
para con él.
[12.12] ¡Envíale mañana
con nosotros! Se divertirá y jugará.
Cuidaremos, ciertamente, de él».
[12.13] «Me entristece que os lo llevéis»,
dijo. «Temo que, en un descuido vuestro, se lo
coma el lobo».
[12.14] Dijeron: «Si el lobo se lo comiera,
siendo nosotros tantos, sí que tendríamos mala suerte».
[12.15] Cuando se lo llevaron y se pusieron
de acuerdo para echarlo al fondo del aljibe...
Y le inspiramos: «¡Ya les recordarás más tarde, sin que te
reconozcan, lo que ahora han hecho!»
[12.16] Al anochecer regresaron a su padre,
llorando.
[12.17] Dijeron: «Padre! Fuimos a hacer
carreras y dejamos a José junto a nuestras cosas.
Entonces, se lo comió el lobo. No nos
creerás, pero decimos la verdad».
[12.18] Y presentaron su camisa manchada de
sangre falsa. Dijo: «¡No! Vuestra
imaginación os ha sugerido esto.
¡Hay que tener digna paciencia! Alá es Aquél Cuya ayuda se implora
contra lo que contáis».
[12.19] Llegaron unos viajeros y enviaron a
su aguador, que bajó el cubo. Dijo:
«¡Buena noticia! ¡Hay aquí un muchacho!» Y lo ocultaron con
ánimo de venderlo. Pero Alá
sabía bien lo que hacían.
[12.20] Y lo malvendieron por contados
dirhemes, subestimándolo.
[12.21] El que lo había comprado,
que era de Egipto, dijo a su mujer: «¡Acógele bien! Quizá
nos sea útil o lo adoptemos como hijo».
Así dimos poderío a José en el país, y hasta le
enseñamos a interpretar sueños.
Alá prevalece en lo que ordena, pero la mayoría de los hombres no
saben.
[12.22] Cuando alcanzó la madurez,
le dimos juicio y ciencia. Así
retribuimos a quienes hacen el bien.
[12.23] La señora de la casa en que
estaba José le solicitó. Cerró
bien las puertas y dijo: «¡Ven acá!» Dijo él: «¡Alá
me libre! Él es mi señor y me ha procurado una buena acogida. Los impíos no prosperarán».
[12.24] Ella lo deseaba y él la
deseó. De no haber sido iluminado por
su Señor... Fue así para que
apartáramos de él el mal y la vergüenza.
Era uno de Nuestros siervos escogidos.
[12.25] Se precipitaron los dos hacia la
puerta y ella desgarró por detrás su camisa. Y encontraron a la puerta a su marido. Dijo ella: «¡Cuál es la
retribución de quien ha querido mal a tu familia, sino la cárcel
o un castigo doloroso?»
[12.26] Dijo: «Ella me ha solicitado». Y un miembro de la familia de ella
atestiguó que si su camisa había sido desgarrada por delante,
entonces, ella decía la verdad y él mentía,
[12.27] mientras que si había sido
desgarrada por detrás, entonces, ella mentía, y él decía
la verdad.
[12.28] Y cuando vio que su camisa
había sido desgarrada por detrás dijo: «Es una astucia propia de
vosotras. Es enorme vuestra astucia...
[12.29] ¡José! ¡No pienses
más en eso! ¡Y tú, pide perdón por tu pecado!
¡Has pecado!»
[12.30] Unas mujeres decían en la ciudad:
«La mujer del Poderoso solicita a su mozo. Se
ha vuelto loca de amor por él. Sí,
vemos que está evidentemente extraviada».
[12.31] Cuando ella oyó sus
murmuraciones, envió a por ellas y les preparó un banquete, dando
a cada una de ellas un cuchillo. Y dijo que
saliera adonde ellas estaban. Cuando las
mujeres le vieron, le encontraron tan bien parecido que se hicieron cortes en
las manos y dijeron: «¡Santo Alá! ¡Éste no es un
mortal, éste no es sino un ángel maravilloso!»
[12.32] Dijo ella: «Ahí tenéis a
aquél por quien me habéis censurado y a quien yo he solicitado, pero él ha
permanecido firme. Ahora bien, si no hace lo
que yo le ordeno, ha de ser encarcelado y será, ciertamente, de los
despreciables».
[12.33] Dijo él: «¡Señor!
Prefiero la cárcel a acceder a lo que ellas me piden. Pero, si no apartas de mí su astucia,
cederé a ellas y seré de los ignorantes».
[12.34] Su Señor le escuchó y
apartó de él su astucia. Él es
Quien todo lo oye, Quien todo lo sabe.
[12.35] Más tarde, a pesar de haber
visto los a signos, les pareció que debían encarcelarle por
algún tiempo.
[12.36] Con él.
entraron en la cárcel dos esclavos. Uno
de ellos dijo: «Me he visto prensando uva». Y
el otro dijo: «Yo me he visto llevando sobre la cabeza pan, del que
comían los pájaros. ¡Danos
a conocer su interpretación! Vemos que eres de quienes hacen el bien.
[12.37] Dijo: «No recibiréis la comida que
os corresponde antes de que yo os haya, previamente, dado a conocer su
interpretación. Esto forma parte de lo
que mi Señor me ha enseñado. He
abandonado la religión de gente que no creía en Alá ni en
la otra vida.
[12.38] y he seguido la religión de
mis antepasados Abraham, Isaac y Jacob. No
debemos asociar nada a Alá. Este es un
favor que Alá nos hace, a nosotros y a los hombres. Pero la mayoría de los hombres no agradecen.
[12.39] ¡Compañeros de
cárcel! ¿Son preferibles señores separados a Alá,
el Uno, el Invicto?
[12.40] Lo que servís, en lugar de
servirle a Él, no son sino nombres que habéis puesto, vosotros y
vuestros padres, nombres a los que Alá no ha conferido ninguna autoridad. La decisión pertenece sólo a
Alá. Él ha ordenado que no
sirváis a nadie sino a Él.
Ésa es la religión verdadera.
Pero la mayoría de los hombres no saben.
[12.41] ¡Compañeros de
cárcel! Uno de vosotros dos escanciará vino a su señor. El otro será crucificado y los
pájaros comerán de su cabeza. Se
ha decidido ya lo que me consultabais».
[12.42] Y dijo a aquél de los dos de quien
creía que iba a salvarse: «¡Recuérdame ante tu señor!»,
pues el Demonio había hecho que se olvidara del recuerdo de su
Señor. Y continuó en la
cárcel varios años más.
[12.43] El rey dijo: «He visto siete vacas
gordas a las que comían siete flacas, y siete espigas verdes y otras
tantas secas. ¡Dignatarios!
¡Aclaradme mi sueño, si es que sois capaces de interpretar
sueños!»
[12.44] Dijeron: «¡Amasijo de
sueños! Nosotros no sabemos de interpretación de sueños.
[12.45] Aquél de los dos que se
había salvado recordó al cabo de un tiempo y dijo: «¡Yo os
daré a conocer su interpretación! ¡Dejadme ir!»
[12.46] «¡José, veraz!
¡Acláranos qué significan siete vacas gordas a las que comen siete
flacas y siete espigas verdes y otras tantas secas! Quizá vuelva yo a
los hombres. Quizás, así, se
enteren».
[12.47] Dijo: «Sembráis durante
siete años, como de costumbre, y, al segar, dejad la espiga, salvo una
porción pequeña de que comeréis.
[12.48] Sucederán siete años
de carestía que agotarán lo que hayáis almacenado
previsoramente, salvo un poco que reserváis.
[12.49] Seguirá un año en el
que la gente será favorecida y podrá prensar».
[12.50] El rey dijo: «¡Traédmelo!»
Cuando el enviado vino a él, dijo: «¡Vuelve a tu señor y
pregúntale qué intención animaba a las mujeres que se hicieron
cortes en las manos! Mi Señor está bien enterado de su astucia».
[12.51] Dijo: «¿Cuál era
vuestra intención cuando solicitasteis a José?» Dijeron ellas:
«¡Santo Alá! No sabemos de él que haya hecho nada malo». La mujer del Poderoso dijo: «Ahora brilla la
verdad. ¡Yo soy la que le
solicitó! Él es de los que dicen la verdad».
[12.52] «Esto es así para que sepa
que no le he traicionado a escondidas y que Alá no dirige la astucia de
los traidores.